Centurión rompió el silencio: “El Chacho no se merecía que lo empujara”

El futbolista de Racing habló del conflicto que tuvo con el entrenador en el estadio Monumental, que derivó en su separación del plantel profesional.

Tras el conflicto con el entrenador de Racing, Eduardo Coudet, en el clásico con River, que derivó en su separación del plantel profesional, Ricardo Centurión rompió el silencio, reconoció su error y aseguró que el “Chacho” no se merecía su reacción en el estadio Monumental.

«Estaba fastidioso por quedar afuera del once inicial. Yo no pido explicaciones de por qué me sacan, pero a nadie le gusta quedar afuera del equipo titular. Capaz el Chacho me vio fastidioso y lo notó en el entretiempo. Después me tocó entrar y todos sabemos lo que sucedió», explicó.

En diálogo con TyC Sports, manifestó: «Estuve mal de la cabeza, pero ya pasó el tiempo y, pensando muy bien las cosas, me siento mejor y con ganas de revertir esto y seguir adelante», y añadió: «Fue un trago muy amargo, ‘Chacho’ no se merecía que yo lo empuje, sinceramente y de corazón. Son cosas que se arreglan en otro lado, puertas adentro».

Respecto al entrenador, consideró: «Me la terminé agarrando con el que no me la tenía que agarrar. Me llamó, me reventó el teléfono para que venga, me bancó muchísimas cosas personales que me las guardo. Me hubiese gustado charlar cara a cara con él».

«Siempre decimos que tengo que mejorar, que aprender. La gente confía en mí y dice ‘pucha, otra vez se equivoca’. Esta vez fue la gota que rebalsó el vaso y se tomaron medidas, mal o bien», admitió el futbolista, mientras que dijo que tiene “ganas de charlar y arreglar las cosas, que todo se ponga en su lugar más allá de que siga o no en Racing».

En el ámbito personal, el mediocampista detalló: «Le habían ganado el clásico a Independiente y estaban en el Tita conmigo. ¿Qué es mi apellido? ¿Qué soy? ¿Tanto vendo? Yo puedo apagar la tele, yo puedo no mirar, pero después mi familia me daba vuelta la cara como si yo hubiera matado a alguien».

Y agregó: «Yo me entrenaba en el Tita Mattiussi con 50 cámaras al lado. Yo entiendo el laburo de ellos, de los que están detrás de cámara, hacia 30 grados de calor y estaban toda la mañana para llevarse un video de yo saliendo con el auto».

En tanto, concluyó: «Hace seis años debuté y me encontré con un mundo superior al que yo estaba acostumbrado. Ya no pongo más excusas. Hay cosas que no supero. No me hace feliz lo material, hay muchas cosas que prefiero no tener. Quiero ser jugador de fútbol, quiero jugar en las mejores ligas, quiero jugar un Mundial y tengo un montón de sueños, pero si me mando estas cagadas es imposible».

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